El valioso aporte y trabajo de las facilitadoras de la Escuela de Liderazgo
mayo 2020
La Escuela de Liderazgo del programa Originarias de ONU Mujeres está conformado por un equipo las facilitadoras indígenas, quienes aplican una metodología de trabajo horizontal entre pares para apoyar a otras mujeres. Ellas no sólo fueron seleccionadas por sus conocimientos en temáticas indígenas, sino también por el compromiso que tienen para apoyar y guiar a mujeres de pueblos originarios.
Las facilitadoras son consideradas compañeras que tienen experiencia, las cuales buscan enseñar y enriquecer cada uno de los módulos a través del intercambio de ideas, opiniones y visiones . Una de ellas es Oriana Mora, facilitadora de la comunidad Lickanantay a cargo del módulo Historia e identidad de los pueblos originarios del norte de Chile.
Quien respecto de los módulos sostiene, “fueron pensados y planificados para contribuir a la formación de nuevos liderazgos indígenas, que sean capaces de formar a otras mujeres dentro de sus organizaciones y territorios”. También explica que los módulos propuestos buscan aportar conocimientos en la elaboración de proyectos, derechos humanos, derechos indígenas y derechos de las mujeres indígenas; así como liderazgo y herramientas para la comunicación efectiva.
Respecto a las brechas de género en el ejercicio del liderazgo de las mujeres originarias, esta facilitadora asegura que son similares a las mujeres no indígenas, sostiene que el poder lo ejercen los hombres hacia las mujeres, pero que en el caso indígena muchas veces esta naturalizado y considerado parte de la cultura.
“El liderazgo de la mujer indígena es ejercido en lo privado, ya que es generalmente quien se encarga de las actividades del hogar, aunque actualmente se pueden ver muchas mujeres ejerciendo cargos de representación en sus organizaciones y comunidades indígenas”, indica.
Precisamente en este último punto ONU Mujeres busca genera un impacto. Mediante el empoderamiento de mujeres que ejercen algún nivel de representación en su comunidad, las cuales pueden incidir positivamente en la vida de otras mujeres a través de la transmisión de conocimientos, como es el caso de Oriana.
Esta facilitadora cuenta como las compañeras originarias que ejercen liderazgo en la esfera privada “perdían el temor de expresarse y liderar ciertos espacios. Además de reafirmar su identidad en muchas de ellas”. Mientras que las lideresas, como ella, quienes ya se han ganado un espacio en la esfera pública “ganamos en aprender a escucharnos y respetarnos, aunque pensemos distinto y a valorar esa diversidad que nos ayuda a crecer como mujeres y ser mejores seres humanos”.